De volcán a volcán
Los Desafíos De La Educación a Distancia
Por Juan Carlos Avalos García
Arrancó la semana cuatro de un ciclo escolar 2020-2021 lleno de inconsistencias, tumbos, desigualdad social, pero sobre todo con una terrible invasión a la vida privada docente y una indolente secretaría de educación que parece no percibir la enorme necesidad económica prevaleciente en la sociedad mexicana por consecuencia de la pandemia COVID 19.
De este año escolar apenas empieza lo bueno, luego de que terminaran las 3 primeras semanas de recordatorio del ciclo anterior, los educandos deberán empezar a aprender lo que a su nuevo grado corresponde, con un sistema educativo que desparrama inconexos educativos, incomprensión didáctica, y de paso navega en un turbulento mar de inconsistencias y desigualdad social.
La pandemia del Covid 19, obligó al sistema educativo nacional a improvisar formas de comunicar el conocimiento a los educandos que están resultando complejas para todos, no solo para los maestros que buscan entender como respaldar la información emitida en los medios que deben comprender y aprender no solo los niños, también los padres; que carentes de paciencia suplen con violencia su ignorancia al verse rebasados en muchos casos en conocimientos, lo que les impide ayudar a sus hijos, a quienes acomplejan de paso con calificativos degradantes que no promueven al desarrollo al menor.
Y si le sumamos que la suspensión del ciclo anterior dejó en primer término una laguna seca de conocimientos que difícilmente se podrá llenar en este año escolar, pues si en el aula, los docentes podrían recuperar terreno, de seguir con este sistema tendremos no solo niños y adolescentes con información incompleta correspondiente a su nivel escolar, sino también profesionales graduados incompletos.
La educación en México adolece de una educación competitiva con los países del primer mundo desde hace mucho, pese al avance de las tecnologías que abren la puerta del universo. Las ocurrencias educativas desde la prueba operativa tan famosa del sexenio de Ernesto Zedillo hasta esta “novedosa educación en línea”, se ha convertido en otro de los retos por superar de nuestro amado país, que no ha podido encontrar la brecha que recorte y lleve al camino académico de excelencia, por lo que seguiremos siendo un país con un amplio retraso educativo en el comparativo con otras naciones.
Para los padres de familia ha resultado un fuerte problema adaptarse a que sus hijos reciban educación a distancia sin un asesoramiento magisterial para ellos, que les coadyuve un poco bajando la didáctica que tienen los profesores para transmitir las enseñanzas, pues incluso los paterfamilias que han tenido preparación académica llegan a altos grados de desesperación por incomprensión de la metodología empleada, no digamos aquellos que con trabajos han cursado la primaria.
Por otra parte, ha quedado de manifiesto que no todas las familias cuentan con los dispositivos elementales para poder ver la programación por televisión o escucharla
por radio -obsérvese zonas rurales-, menos pensar en que tengan un moderno teléfono con el que puedan descargar las aplicaciones necesarias para recibir sus clases en línea.
En las periferias de las ciudades, padres de familia se enfrentan a la falta de dispositivos móviles actualizados para poder conectarse a las diferentes plataformas como zoom, Meet de Google, Edmodo, Classroom, videoconferencia Telmex, etc. por las cuales los docentes transmiten sus actividades a distancia, mientras que en la zona urbana que cuentan con un dispositivo apto para ello, enfrentan otra problemática: La conexión a internet. Pululan aquellos padres que buscan conectarse al wi fi de un vecino y se sientan en las calles para poder mandar las tareas de los infantes, sus móviles están sin datos.
Parece que al Gobierno se le olvidó que la Pandemia puso en una situación económica crítica a las familias, muchas sufren por la falta de empleo de los padres, lo cual los pone en dificultades para proveer de materiales a sus hijos y cumplan sus encomiendas desde casa e incluso, salir a imprimir los diferentes cuadernillos de trabajo que se les envía, sumando a esto el poco dinero para recargar sus celulares o pagar el Ciber y enviar tareas oportunamente, los gastos para los papás definitivamente aumentaron, y mucho.
Es muy importante destacar que muchos menores no cuentan con el apoyo de padres de familia para realizar sus actividades desde casa, no tienen vigilancia, están solos, sus padres tienen que salir a trabajar, la escuela significaba un respaldo, hoy es una inconveniente.
Con algunos estudiantes, el principal problema que están pasando los docentes es que no todas las familias cuentan con internet en casa y tienen que usar los megas de su celular para poder ver los videos complementarios a sus
actividades y aunado a esto la falta de empatía para enseñar a sus hijos desde casa, provoca reitero, la violencia intrafamiliar.
En algunos casos, la invasión de “la escuela en casa”, ha ocasionado incluso la perdida de hábitos en el hogar, afectando a los alumnos en sus horarios, rutinas diarias y hábitos de higiene, por el descompensado horario de trasmisión de las clases, que si no las comprenden, deben buscar en otros canales la repetición para buscar comprender lo explicado.
Pero vayamos más allá, la problemática más importante es la saturación de trabajo para los docentes, que deben disponer todo su tiempo para atender a los padres de familia que actualmente viven en un alto índice de “sensibilidad” y se sienten menospreciados si no se les atiende a altas horas de la noche, cuando apenas “pueden mandar sus tareas” o hacer preguntas sobre algo ya explicado reiterativamente; esta situación afecta a los maestros que rompen con el horario establecido de trabajo, y en el caso de muchas madres maestras que deben atender su hogar, ven desesperadamente como han perdido su privacidad.
Pero de este tema dijo Don Raúl Velasco: “¡Aún hay más!”.. que abordaremos en otra entrega de esta columna de culto, por hoy el espacio se termina y como dijo Don Chuyaco… ¡Adió!.