EL COVID-19 Y EL HUMO DEL CIGARRO

Carlos Moisés Hernández Suárez

Para mí, la mejor forma de explicar algo, siempre será a través de ejemplos, creo que porque es la forma en que yo aprendo más rápido. En general, creo que aprendemos o aceptamos algo más rápidamente cuando existe algo que ya sabíamos y que se parece en alguna forma a eso nuevo que tratamos de aprender.

Por ejemplo, hay gente que me pregunta que cómo es posible que les acaban de diagnosticar con covid-19, si estuvieron cuidándose mucho, con cubrebocas, y hasta con máscara de esas que parecen de soldador. Vamos a tratar de explicar cómo está la cosa.

Cuando olemos algo, ya sea una fruta, alcohol (tengo unos amigos que no quiero etiquetar aquí, pero me dicen que al entrar al Taurino huele a alcohol, pero no podría decir), tabaco, carne asada, etc., lo que sucede es que pequeñas partículas de eso entran a su nariz. Si entra a una carnicería y huele a sangre, es porque pequeñas partículas de sangre entraron a su nariz, no hay de otra. Ya le habrá sucedido que, al pasar enfrente de una taquería, percibió el olor, pues eso solo se debe a que se llevó una parte de los tacos en la nariz, sin pagar.

Alguna vez entró a algún lugar, por ejemplo, un restaurant, biblioteca, habitación de hotel, autobús, taxi, oficina pública, cine, elevador, etc. y percibió el olor a tabaco quemado, a cigarro, pues. Esto, especialmente en los 80’s cuando no había tantas restricciones para fumar en lugares públicos.

Las partículas de humo son más o menos del tamaño del coronavirus que nos afecta actualmente. Las partículas del coronavirus, como el humo, también quedan suspendidas en el aire, y una persona infectada al toser o estornudar las puede lanzar hasta unos 8 metros de distancia. Una persona infectada que habla durante treinta segundos deja suficientes virus en el aire para infectar otra persona que entre a ese lugar en los próximos 30 minutos, si es que no hay buena ventilación.

El problema es que el virus que causa el covid-19 no tiene olor. Pero ahí está.

Así que, ya no se pregunte cómo se infectó.